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@jero22ind
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12/14/2013 07:43:00 p. m.
Ricardo Nistal, corazón de genio:Así se nos presenta parte del disco:
El nuevo disco de Nistal “No es fácil ser hombre” (Astro/ Pop Up Música), está disponible desde el lunes 7 de octubre en todas las tiendas digitales (Spotify, iTunes, Bandcamp, Deezer, Playstore…). Producido por Héctor Tuya en el estudio Bailén 37, masterizado por Joaquín Pizarro en Red Led Studios. Colaboran: Israel Nebeker (vocalista de los norteamericanos Blind Pilot), Rubén Pozo (Pereza) y los portugueses Plastica.
Un
solo adjetivo no puede calificar a los ocho cortes que en casi
treinta minutos nos demuestran mucho más que algunos discos de mucho
más tiempo. Corazón
cicatriz es
el primer corte. El inicio con una acústica y la voz de Ricardo en
dos capas se muestra frágil y ronca a la vez, pero cuando la batería
y el resto de instrumentos entran en acción todo cambia, el mundo se
para y los pequeños teclados y ritmos nos transportan a un pequeño
y distinto viaje. Pequeños cambios de ritmo que hacen un gran efecto
en quien lo escucha. Un claro corte rock, muy Nashville, en la
configuración de la acústica (muy metálica) que junto al ritmo de
la batería y mezclado con una eléctrica, lo llenan todo de sonidos
nebulosos, muy densos. Encontramos el sentido de un tema que
pide ser escuchado para desgranarlo en la décima escucha. No
os piréis, juega
con una configuración parecida, Israel da ese toque extra al tema.
Volvemos a encontrarnos con los ritmos, la armónica marcados por los
deslumbrantes punteos/rifs de guitarra, una eléctrica que
marca los tiempos cuando es necesario y un duelo de voces.
No
es fácil ser hombre es
un corte muy liviano, de fácil escucha, letra llena de humor, un
tema un tanto especial. La parte instrumental se basa en guitarras y
en un shaker, ritmos que juegan con compases mezclados y algunos
shakers extra, recursos de directo que nos trasladan a ¿Dónde
están las flores que nos prometieron? Un
corte rabioso, con pequeños sonidos americanos, una acústica en su
sitio con un ritmo potente, un banjo y una letra que recuerda al
Dylan de la época. El corte tiene mucha fuerza y resquemor,
contiendo sonidos extra pero con un mensaje que golpea en muy poco
espacio de tiempo ¿Qué más podemos pedir a Nistal? Nada más, ha
dicho todo y lo ha dicho con clase. Subidown
es
el tema de corte clásico del disco. Personalmente me ha recordado a
muchos nombres al otro lado del charco, me ha trasladado a otro mundo
y eso que es corta e instrumental, creo que debéis escucharlo.
Rubén
Pozo se une a Nistal en ¿Qué
andarás haciendo? La
lluvia de fondo, una acústica fluída, una batería dulce que
aparece un poco al inicio, la lluvia que se va y entra una acústica
y vuelve a picar la batería. Rubén a su lado luce con una mezcla de
dulzura y belleza sin miramientos. Para rematar sus voces en primera
línea mientras lo instrumental nos mece y nos hace sentir algo
similar a lo que ellos consiguen. Todo termina con Mi
sobrino y
Soy
el motor, dos
cortes opuestos pero unidos. El primero con ukelele y con un
metalófono, muy "infantil” y el segundo una desnudez que nos
devuelve al principio.
Perfecto y distinto, el disco que todos debemos tener.
@jero22ind
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