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9/04/2017 08:55:00 p. m.
El Festival Gigante vivió dos jornadas muy especiales en su edición 2017, el festival se consolidad.
El Festival Gigante llevó la mejor música a Guadalajara con dos jornadas en el Fuente de la Niña donde el buen ambiente y la música primaron por encima de todo, se consolida como una referencia.
En esta edición del Festival Gigante, se han vivido muchas emociones, tres escenarios en el recinto, un escenario especial y uno en el Guadalajara en una de las jornadas; se consolidad un especial con buen sonido, firme y con experiencias únicas como la restauración ubicada en el escenario pequeño y con café a disposición del festivalero.
Empezar es siempre complejo, llegamos a las 17:00 y a las 17:30 empezaba Beluga en el escenario de emergentes, la banda ganadora del concurso de bandas, sorprendió y supo usar sus recursos para colocarse como una de las sorpresas de la jornada. Su especial forma de interpretar las canciones y su final entre el respetable fueron de lo más comentado, si bien su actual disco está ya muy trabajado, su repertorio se basó en el mismo, aportando esa frescura que les caracteriza. Les seguiría Fonâl con una propuesta que se acercaba más a un sonido electrónico que conectó con el respetable a base de canciones directas en la esencia de la pista de baile.
Posteriormente El imperio del perro aparecía en escena para subir las revoluciones con canciones más indie rock y con canciones como Lo he dejado fuera; se armaron de un set list potente, directo y con el que seguir gustando en festivales, recordemos que la banda está en un buen momento, demostrando que son un proyecto de futuro y sudaron la camiseta; de la misma manera Inuit nos permitió acercar posturas con su sonido, un sonido potente y perfecto para llegar a la mitad de la jornada; un acierto para esa hora que se vería recompensado con el calor del respetable, pese a competir en hora con Niños Mutantes.
Estrogenuinas por su parte aterrizaban en el festival con ganas de dejarse la piel de conquistar el escenario y de traer al máximo respetable posible, coincidiendo con Love of Lesbian, congregaron a bastante gente y es que la banda sabe hacer su fortín en el escenario con sus canciones pegadizas y su actitud; sus principales singles se colaron de forma inesperada y de esta manera, consiguieron hacer más intenso el directo, una banda que merecía un poco más de tiempo pese a ser tan explosivas en su forma de ejecutar y de esta manera perecer que el tiempo era justo.
Playa Cuberris aparecieron en el escenario emergente para cerrar la noche y para dar una pequeña muestra más de lo que Entrar a matar es en directo; junto a alguna sorpresa que no está grabada y a algún clásico, la artillería pesada de su actual disco y su forma de presentarse en el escenario, les llevó a ser la gran aclamación de la noche y a merecerse volver pero a un escenario más grande, un directo que será recordado y que congregó a mucha gente, Luces de Neón y Locos de atar fueron los grandes temas.
El escenario Guadalajara abría con un cuarteto perfecto; Juan Zelada estaba a las 17:35 empezando, un show con su marca y con su seña de identidad que congregó a bastante gente teniendo en cuenta la hora, su set list, adaptado para el tiempo y la hora se hizo fresco y a la vez muy interesante, permitiendo al respetable cantar y más o menos, conocer por donde irían los siguientes temas, siendo algo más que música en todo caso y aportando todo lo necesario para empezar bien la jornada.
Era el momento de Los Coronas, la banda nos presentó su propuesta con un sonido que se podría tildar de Verbena Surf y es que colaban clásicos con sonidos propios, siempre con buen rollo y coreografías; una de las bandas asentadas del panorama que se esperaban, la banda no quería que la gente se durmiese y eso se notó en alguna cover colada a "traición" y con un final por todo lo alto.
Niños Mutantes aparecían con la noche y con hits como su atemporal Errante. Un directo donde ya estaba toda la gente entregada, esperando a que empezase el primer acorde y con ganas de cantar, de esta manera, la banda supo agradecerlo volviendo al pasado y haciendo un directo donde se vieron momentos mágicos. Algo que cabe destacar es que Menú del día estaba presente dado que Diez era el otro eje frontal, esperamos que vuelvan, muy intensos y de lo mejor de la noche.
Fuel Fandango era la penúltima banda, una banda que estaba entregada, dispuesta a dejarse la piel y hacer bailar con Aurora y sus grandes clásicos, no defraudaron y junto a alguna sorpresa en el escenario en calidad de artistas invitados, dejaron buen sabor de boca. Shinova cerraría el escenario y se colocaron como la gran banda de la primera jornada, su forma de ejecutar las canciones (con el inicio al estilo de los combates de boxeo), el confeti y su forma de aportar celeridad a los temas les colocan como la gran banda de la noche, un directo con Para cambiar el mundo como gran tema para el recuerdo.
El escenario Gigante sería la otra gran sorpresa, Julián Maeso abriría con su big band y aportando a su show ese picante necesario para que esa primera hora fuese mágica, su directo se condensó en lo esencia, si bien su puesta en escena y su forma de ejecutar las canciones no. Depedro aparecería en segundo lugar, aún de día y con su carisma, aportó fluidez a un directo con su nuevo disco y sus singles como Hombre bueno se colaban entre los nuevos temas permitiendo al respetable que no conocía su nuevo disco introducirse en la historia que quería contar y que se ganó muchos aplausos y el calor del respetable.
Love of lesbian era la tercera banda, con su nuevo disco y sus mejores temas del pasado, junto a algún momento de cercanía extra con el respetable, se metieron a todo el festival en el bolsillo con una escenografía y repertorio dignos de la mejor banda internacional, no faltarían momentos para recordar y es que muchos asistentes fueron solo por ellos; Ales O'Dogherty y Embusteros cerrarían con sus conciertos el escenario; el primero agradecido por estar en el festival y los segundos, con ganas de consolidarse, dos aciertos.
La segunda jornada empezaría en la Plaza de Santo Domingo con Julieta 21, Desvariados y Yo, estratosférico; posteriormente en el festival, en el escenario pequeño, tendríamos a Left4ever con un repertorio de corte duro y espectacular y a Lucas Colman con su banda aportando la dosis de rock necesaria para ganarse al respetable; todo el proyecto estaba presente y pese a tener un tema en solitario, el sonido con banda le permitió reforzarse y dar todos los matices necesarios para ser la gran sorpresa del escenario.
Tailor for penguins y su frescura tropical siguieron en el escenario y metiéndose en el bolsillo a quienes quisieron verles; canciones pegadizas, buenas ejecuciones y un sonido fresco. La réplica la dieron Noise Box, la banda de Murcia llegó con mucho sonido, mucha fuerza y mucho que decir con sus canciones, llenos de sudor terminaron el concierto agradeciendo a quienes les vieron y prometiendo volver. Un directo cargado de la fuerza que siempre tienen en sala y de eso que ellos llaman su sonido.
Cerrarían el escenario pequeño Canal 69 con su visión del rock y Última experiencia que presentaron alguna sorpresa nueva y volvieron a su anterior trabajo. Un directo con interactuación del respetable y mostrando uno de los sonidos más elegantes del festival, no solo por la forma, ellos siempre defienden su sonido, un directo en clave de rock para el recuerdo.
En el escenario Guadalajara la noche sería especial desde Bambikina cantando al sonido americano y dejando un show en el stage de Mahou (posteriormente) pero seleccionado las grandes canciones a Lichis y su cuarteto elegante que resumía la síntesis de su gira, una forma de demostrar que en espacios abiertos y en conciertos de este tipo es donde se crece algo más, dos proyectos perfectos para abrir el festival en este escenario.
Coque Malla sería la siguiente banda en el escenario; hablamos de banda porque se rodeó de muchos y grandes músicos y, bajando la intensidad del concierto se ganó al respetable, cuidadas melodías, vueltas al pasado, revisiones de los temas actuales y mucho carisma, en eso, Coque Malla se hizo más grande, aportando serenidad a una noche para paladear a una de las propuestas esperadas. De la misma manera, Iván Ferreiro apareció como un torbellino, irrumpiendo en el escenario con mucha energía, con muchos singles y cambiando su teclado por la posición de lider en el escenario en varias ocasiones, dejando que los fans cantasen todas las canciones; su nuevo disco y propuesta no pasó como un concierto más, siendo la gran sorpresa de la noche, Los Punsetes por su parte llegaron con ganas de comerse el escenario, gestos conocidos, parte visual que gustó y los grandes hits posicionados para crecer canción tras canción; un seguro que volvió a ser una verdadera fiesta.
Idealipsticks abrirían el escenario Gigante; sensualidad, fuerza y mucho que decir en un concierto que congregó a mucha gente, la banda se creció en casa, estaban los nervios a flor de piel y no decepcionaron dejando la mejor propuesta recordada en los últimos conciertos de la banda y agradeciendo a los asistentes el madrugón en cierta forma; una pena que no disfrutasen de algo más de tiempo.
León Benavente por su parte hicieron su show, un directo de energía donde todos los temas son conocidos y donde pese a tener conexión con el respetable, se siente el foso y la altura del escenario; algo que su front man, Abraham Boba supo solucionar a golpe de movimientos y aportando esa cercanía en el momento justo bajando esa altura del escenario. La banda se crece en los recintos y eso se notó.
Nada surf y The Gift pusieron el toque internacional, los primeros con su rock lleno de sorpresas y juventud y los segundos atentos al respetable y terminando entre el público con algunas versiones, acierto del staff traerles. Cerrarían Kokoshca, entregados y dando todo lo que tenían se crecieron en el escenario siendo el cierre musical esperado y dando al Gigante la nota merecida, esperando el 2017.
#Más fotos en Flickr.
En el escenario Guadalajara la noche sería especial desde Bambikina cantando al sonido americano y dejando un show en el stage de Mahou (posteriormente) pero seleccionado las grandes canciones a Lichis y su cuarteto elegante que resumía la síntesis de su gira, una forma de demostrar que en espacios abiertos y en conciertos de este tipo es donde se crece algo más, dos proyectos perfectos para abrir el festival en este escenario.
Coque Malla sería la siguiente banda en el escenario; hablamos de banda porque se rodeó de muchos y grandes músicos y, bajando la intensidad del concierto se ganó al respetable, cuidadas melodías, vueltas al pasado, revisiones de los temas actuales y mucho carisma, en eso, Coque Malla se hizo más grande, aportando serenidad a una noche para paladear a una de las propuestas esperadas. De la misma manera, Iván Ferreiro apareció como un torbellino, irrumpiendo en el escenario con mucha energía, con muchos singles y cambiando su teclado por la posición de lider en el escenario en varias ocasiones, dejando que los fans cantasen todas las canciones; su nuevo disco y propuesta no pasó como un concierto más, siendo la gran sorpresa de la noche, Los Punsetes por su parte llegaron con ganas de comerse el escenario, gestos conocidos, parte visual que gustó y los grandes hits posicionados para crecer canción tras canción; un seguro que volvió a ser una verdadera fiesta.
Idealipsticks abrirían el escenario Gigante; sensualidad, fuerza y mucho que decir en un concierto que congregó a mucha gente, la banda se creció en casa, estaban los nervios a flor de piel y no decepcionaron dejando la mejor propuesta recordada en los últimos conciertos de la banda y agradeciendo a los asistentes el madrugón en cierta forma; una pena que no disfrutasen de algo más de tiempo.
León Benavente por su parte hicieron su show, un directo de energía donde todos los temas son conocidos y donde pese a tener conexión con el respetable, se siente el foso y la altura del escenario; algo que su front man, Abraham Boba supo solucionar a golpe de movimientos y aportando esa cercanía en el momento justo bajando esa altura del escenario. La banda se crece en los recintos y eso se notó.
Nada surf y The Gift pusieron el toque internacional, los primeros con su rock lleno de sorpresas y juventud y los segundos atentos al respetable y terminando entre el público con algunas versiones, acierto del staff traerles. Cerrarían Kokoshca, entregados y dando todo lo que tenían se crecieron en el escenario siendo el cierre musical esperado y dando al Gigante la nota merecida, esperando el 2017.
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