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@jero22ind
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9/01/2014 04:46:00 p. m.
Duncan Dhu da un recital en su concierto en las fiestas de Sanse:Duncan Dhu ha vuelto, las fiestas de Sanse fueron testigos de la vuelta de la banda (sin Diego Vasallo aquejado de una dolencia que ha hecho que la banda se recomponga y que cambie algunos aspectos), un tour muy interesante que permite ver a la banda más sincera, su vuelta es algo más que un soplo de aire, el mito de una generación. Un rock hecho a medida de un conjunto de temas revisados que junto a los temas nuevos, levantaron mucha expectación. Empezó el directo con Cuando llegue el fin un chorro sonoro se hacía dueño del reciento con una banda engrasada en las guitarras y muy contundente en teclados, bajo y batería, posteriormente A tientas y No dejaría de quererte donde vimos el nuevo toque rock (a medio gas) que tienen estos temas en este tour, una muestra de una guitarra en forma de Lap Steel o el hammond en los momentos indicados fueron de la razón de que el inicio fuese muy interesante.
Con un sonido perfecto y la llegada de Jardín de Rosas, Rozando la eternidad I y El duelo mostraron ese lado más personal, un lado donde Mikel cambiaba de guitarra o nos dejaba ramalazos al más puro estilo Elvis, siempre cercano al público y recordando a los que faltan pero alimentando la historia de una banda que ha madurado, las canas dan sensatez, nos encontramos con un Mikel muy potente y sincero, ese Mikel que se siente en casa y que en las versiones sublimes de Una calle de París, La caza Azul y No puedo evitar pensar en ti, con un nuevo sonido, un nuevo show y sobre todo el sonido de un recinto entregado, más de una lágrima para saltar con toques de rock y un Mikel sin chaqueta en Entre el salite y sudor, palabras sin nombre y en algún lugar. Un final por todo lo alto ue se guardaba en el tintero lo mejor de la noche.
Con un doble set de bises y esperando a que Mikel tirase la guitarra y pegase ese salto que más de una vez ha hecho, le vimos volverse completamente frenético con La barra de este hotel y Cien Gaviotas, el lugar donde Mikel termino al borde de los bordes del escenario, sin camisa y con la guitarra entre bastidores, pero sería en Esos ojos negros donde volvería esa candidez en un inicio en solitario, con un foco apuntándole y mucha dulzura para pasar a la locura en Mundo de cristal, un final por todo lo alto para una noche con muchos recuerdos, una banda que está en una vuelta redonda, gracias por el directo. Muy buena producción y sobre todo muy buenas sensaciones.
@jero22ind