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@jero22ind
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6/09/2019 11:42:00 a. m.
Ryan Bingham nos demostró que, en directo siempre seduce, la propuesta en el Teatro Fernán Gómez pasó a ser una propuesta de altura, sincera y pura.
Ryan Bingham se subía al escenario tras una presentación de Manolo Fernandez (El Sheriff de Toma Uno), desde ese momento, al filo de las 20:35, empezaba el show.
Con un nuevo disco que mostrar, Ryan Bingham llegaba al escenario del Fernán Gómez en un formato cuarteto de dos guitarras, bajo y batería; en concreto Ryan usaría una acústica y una eléctrica que iría alternando. Se sabía que su repertorio tendría un peso específico en su nuevo disco por lo que Beautiful and kind, Tell my mother I miss her so y Hard times aparecerían al principio, todo con su banda, una banda que daba calor y potencia en el escenario arropando a Ryan que hacía de front man en el escenario, directo y agradecido demostrando que en directo estas canciones tienen el poder de poner los pelos de punta desde el primer acorde. En esto que llegaba Nothing holds me down y parecía que llegaban cambios, el directo pasaba a tener otra velocidad, un sonido más cercano al rock, más potente y, tras alguna sorpresa más, se quedó solo en el escenario.
Era el momento de las confidencias, de que con su guitarra acústica nos hablase de como y por qué empezó con la guitarra, de donde nace su cariño por La Malagueña e incluso alguna versión más para dejarnos con ese bien feedback e incluso levantar a todo el teatro del asiento como hizo previamente con la banda. Cualdo volvió la banda, llegaron una serie de canciones encadenadas donde la brillantez del nuevo disco y el poso de Jingle and go y otros temas del disco aparecían. Ya en los bises, tocaría un tema solo y posteriormente, como no podía ser de otra manera, aparecería The weary kind con otros registros, otro tempo, otra cadencia y quizá emocionando un poco más de lo esperado, pero era un cierre perfecto para una noche para el recuerdo.
Así, podríamos decir que Ryan Bingham subió al escenario y unos 100 minutos después seguía con su sombrero, su camisa y su imagen sin alterar, con una sonrisa, agradecido y demostrando que, en Madrid tiene una segunda familia, una serie de fans que le adoran, que aplauden cada canción y cada gesto y es escuchan sus historias sobre su vida, sus viajes de niño y que ayer no dejaron de disfrutar con cada canción.
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