Era el momento de que Tangerine Flavour llegara en un formato compacto, eléctrico pero compacto y con clase. Con todo este concierto con el cuarteto estaba pensado para dejar volar las guitarras, hacer que la batería jugara con el tempo y el groove del bajo fuera la nota en clave de acento. Volvieron al pasado con canciones como Song for Alba o al futuro con temas de su nuevo disco que está por salir, pero el presente estaba cargado de temas de su disco como No kisser girl; con todo las armonías vocales, los espacios entre guitarras y los volúmenes en la sala nos transportaron al otro lado del charco. Canciones como Ballerina no podían faltar, el acierto y el calor de este tema no debía pasarse por alto para una noche dentro del ciclo de Music Hunters y menos para una banda que está con ganas de mostrar nuevo material, no es un disco cualquiera, es el gran disco que preparan para seguir creciendo.
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