Jordi Montero (entrevista)

♠ Posted by @jero22ind in , , , at 7/12/2013 02:43:00 p. m.
¿Os suena el nombre de Jordi Montero? Si os suena seguro que os gusta esta entrevista de la cual debo decir que es un honor. Si no os suena os debo decir que es uno de los grandes músicos del panorama nacional, podemos verle en conciertos con más de mil personas y en salas con cincuenta. Es uno de los músicos más respetado en su profesión, ha formado parte de la banda sonora de muchos  melómanos.  Os dejo con una entrevista a un  grande:


-¿Cómo empiezas en la música?

Empecé a los 10 años por iniciativa propia; en casa no había ningún músico. Yo quería tocar el piano, pero éramos 7 viviendo en un piso de 70 metros y rápido tuvieron que convencerme para que escogiese otro instrumento más pequeño, si no quería dormir colgado en la bolsa del pan, en el cajón de los cubiertos o vaya usted a saber... Obviamente no me lo dijeron así, pero ¿Dónde metíamos un piano de pared? Escogí el violín porque me gustó la forma de su estuche sin saber siquiera que había dentro. “Yo quiero eso”. Así fue. Y esto, es verídico.

-¿Con qué instrumento te sientes más cómodo?

Yo creo que están a la par el violín y la guitarra. El primero lo domino más técnicamente, aunque el segundo me da mucha más libertad de movimiento y por tanto me hace sentirme cómodo, tanto física como musicalmente.

-¿Qué opinas de la situación actual del panorama musical?

Paso palabra

-¿Sientes que a los músicos profesionales se les valora?

Se les respeta más de lo que se les valora, no sé si me explico.

-¿Cambiarías algo dentro de las leyes/concepción nacional con respecto a la forma de tratar la cultura?

Si tengo que hablar sobre las leyes, la gestión cultural y sus responsables, seguramente me encerrarían entre rejas por si acaso. Para abreviar, me cago en todos ellos; son muy malos.

-¿Cómo es la vida de un músico que está de concierto en concierto?¿Cansa estar más en la carretera que en los escenarios?

Tocar no cansa. Lo que realmente cansa es compaginar el hecho de estar hoy tocando en cualquier lugar y tener que viajar de noche, volviendo a casa de cualquier manera, para poder llegar al día siguiente a tu puesto de trabajo. Ese es el caso de la mayoría de gente a la que desde fuera el público les considera “estar arriba” como artistas consolidados, pero que para poder llegar a fin de mes deben alternar música y trabajo (o varios grupos y varios trabajos). Se llegan a hacer verdaderas barbaridades y, en muchas ocasiones, entra en juego el pellejo.

Existen las excepciones, claro, de unos cuantos que han corrido mejor suerte y pueden permitirse el lujazo de vivir íntegramente de la música. Y oiga, chapeau por ellos, Que algunos son mis amigos!

-¿En qué proyectos has colaborado?

Muchos. En algunos he colaborado de forma puntual, en otros lo he hecho de manera más activa y con muchos otros he formado parte como un miembro más de la banda. Con algunos ha sido en directo, con otros en el estudio.

Recientemente lo he hecho con Rusos Blancos, Love Of Lesbian, Pigmy, Carrots, Litoral, Willy Tornado, Carolain, Nick Garrie, Ellos, Pómez, Maronda, La Coctelera Sónica (sesiones en las que participan músicos como Patacho Glutamato, Luís Auserón, Artemio Enemigo, etc)…

…a lo largo de los años, con Mishima, Nevera, La Bien Querida, Balancí, Gasca, Tórtel, Les Philippes, The Gurus, Número Mach, Soon, Silas Lang, Álex Torío, Eilt… Me dejo algunos, seguro, pero que no se enfade nadie!!!

-¿Qué recuerdas de tu etapa en Love of Lesbian?

Mucha risa. Si ahora estamos medio “zumbaos”, imagínate con 15 años menos. Debo mucho a esa época: era 1998 y yo tenía el violín totalmente olvidado. Se pasó 6 años encerrado en un armario, porque acabé un poco (muy) harto de la clásica, no musicalmente, pero sí del protocolo que la envuelve. Me propusieron tocar con ellos, recuperé el violín, lo electrifiqué (ahí se me abrió un mundo de nuevos sonidos) y no he dejado de tocarlo hasta hoy. También, cada muy pocos días, me vienen a la mente las tres noches que teloneamos a The Cure en Zaragoza, Valencia y Barcelona. Fue sentirse grande sin ser ni siquiera pequeño por entonces. Fue un puntazo.

-Háblanos de Carolain ¿Cómo nació ese proyecto?

Como la mayoría: por accidente. Blanca y Xiana no se dedican a la música profesionalmente. No tocando, al menos. Un día, en una sobremesa nos pusimos a tocar una canción de Pigmy. A los pocos días había un Micro Abierto en el Picnic y quisimos apuntarnos para tocar esa y “qué nos va a pasar?” de La Buena Vida. Ese era el único objetivo. Días antes Adrián Picnic nos dijo que teníamos que tocar más rato porque uno de los grupos del Micro Abierto se había caído… Como no teníamos canciones, para salvar el paso decidimos tocar versiones acústicas de grupos amigos, con la excusa de que yo en alguna ocasión había colaborado con ellos, como para darle un sentido: LOL, Tórtel, Pigmy, Mishima, Litoral... Luego hicimos otro Micro Abierto de The Beatles (ojalá hubiese tocado con ellos!!) en el Contraclub. No hay pretensiones, aunque ahora estamos vistiendo algunas canciones que yo tenía por ahí medio olvidadas. Poco a poco…

-¿Cómo empezaste a colaborar con Pómez?

Pómez es el proyecto de Pedro (Nagasaqui, Clovis…). Es, más que un amigo, un hermano musical. Cuando se disolvió Nagasaqui me llamó, me dijo que tenía canciones para grabarlas y que yo tenía que producir el disco sí o sí. Con ese margen que me daba, no cabía un no como respuesta. Más que colaborar, Pedro me ha hecho sentir ese proyecto tan mío como cualquier otro. He visto nacer prácticamente las canciones desde el minuto cero. Por eso ahora, que está preparando la presentación del disco y los conciertos posteriores, he querido formar parte de la banda junto a él, Antonio Pérez y Willy Tornado.

-¿Qué sentimientos tienes con respecto a tu colaboración con Nick Garrie?

Me parece un tipo super interesante. ¡Tiene mil historias que contar! Yo había grabado los violines para su single “Rainy Days In Sunny Sydney” a distancia y Pigmy, que era el productor, se los mandó. Nos dio un par de indicaciones y, sobre esas pistas, hicimos algunas correcciones hasta que le gustó.

Al poco vi que venía a tocar a Madrid y le escribí por si quería dejarme tocar esa canción con él. Aceptó sin dudarlo y además de esa, toqué otra más (¡y él aún quería que tocase una tercera!). Ensayamos diez minutos en su hotel y, mientras desayunábamos, me soltó esto: “a mis amigos de Teenage Fanclub les ha encantado el single, sobre todo los violines”.

¿Quieres saber qué sentí? Me moría de la emoción. Aunque quise disimular y no darle importancia, estoy seguro que me lo notó en la cara. Soy muy fan.


-¿Qué nos puedes contar del concierto con Rusos Blancos en la Sala Sol?

Me lo pasé en grande! He de reconocer que jamás antes había escuchado nada de ellos, pero aparte de que musicalmente son muy buenos (y eso se confirma cuando tienes que trabajar con sus arreglos de cuerdas) sus letras me parecen lo más: “Nos enamoramos en la clínica de venéreas. Fue un fin de semana de antibiótico y felicidad”. ¡Fan!

También supuso la primera vez que no estaba solo a las cuerdas en directo con un grupo. En esa ocasión toqué la viola junto a Ana Galletero, que tocaba el violín. Por mi, cuando quieran, repetimos.

-¿Crees en la amistad en la música?

Hay amistad, por supuesto, y suerte de ello. Si no sería todo tan aburrido… También hay momentos de “tonto el último”, pero me imagino que como en cualquier terreno profesional. Madera es una buena prueba de amistad y buenrrollismo.

-¿Nos explicas lo de Madera?:

Es un ciclo que llevamos a cabo entre unos cuantos grupos, artistas y amigos. Realizamos actuaciones en las que cada grupo o artista toca solo dos canciones y por ello le llamamos ciclo de microconciertos. Compartimos todo el material para que los cambios entre grupo sean ágiles y, por encima de todo, prima la amistad, el colegueo y el camaraderismo.

La primera idea de Madera surgió, como con Carolain, en una sobremesa junto a Javi (Betacam, Rusos Blancos, Templeton…) y Borja (Modelo de Respuesta Polar). Nos pasamos una tarde post-paella tocando la guitarra en casa y alguien de los tres pronunció las palabras mágicas de “a que no hay huevos de juntarnos y blablablabla…”. Al rato se unió Willy Tornado, tanto a la sobremesa como a la apuesta, y así se empezó a liar la cosa. Llamamos a amigos, la idea fue evolucionando, le dimos nombre entre todos los que nos íbamos vinculando y en marzo dimos un primer concierto en Costello con diez grupos. Ahora en julio hemos hecho otro en el Fotomatón, con 18. Es algo muy divertido tanto para los de arriba como para los de abajo.

-¿Qué opinas de iniciativas como Musicauciados?

A mi me parece un proyecto muy interesante y respetable. Últimamente he estado muy liado, pero tengo en mente escribirles para ofrecer mi colaboración de alguna manera, sea tocando o con cualquier cable que les pueda echar para aportar mi granito de arena.

-¿Has sacrificado algo para poder estar al gran nivel que estás?

Más que sacrificar lo que he tenido que hacer es escoger. Supongo que como todo el mundo, pero por poner un ejemplo de nuevo camino, os cuento que hace poco escogí el venirme a vivir a Madrid. Eso me ha supuesto tener que gestionar a distancia mi propia escuela de música, Triamusica, que abrí hace cuatro años. Hoy en día existen medios suficientes para poder gestionar una empresa a distancia sin el menor problema. Quizás desde fuera pueda parecer una locura, pero allí tengo buenos profesores, que además son buenos amigos y muy buenos músicos, a los que les puedo confiar plenamente el correcto funcionamiento de la escuela.

No sé si esto se considera un sacrificio…

A cambio, la verdad es que en solo unos meses en Madrid, he conseguido tocar más, y con más proyectos diferentes, que en muchas otras épocas de mi vida.

-¿Qué nos puedes contar de ese beso con Santi Balmes en el Carnapop?

Uy, ¡Cómo pasa el tiempo! Tengo prisa… Santi, rey, no me esperes despierto. Llegaré tarde.

@jero22ind

#Fotografía cortesía de Irene Terrón

0 comentarios :

Publicar un comentario

Puedes comentar lo que estimes oportuno