Brad Mehldau (reseña teatro Lara)

El teatro Lara se vistió de gala para inaugurar el ciclo 1906 de Jazz con la mejor propuesta:

El mítico trío liderado por Brad Mehldau al piano junto a Larry Grenadie al contrabajo y a Jeff Ballard con la batería. Hace menos de un día habían demostrado todo en Santiago de Compostela y llegaron al teatro Lara con la intención de presentar  Where do you Start?  y algunos temas del pasado y pequeñas novedades. Durante casi dos horas disfrutamos de un jazz muy versátil y ágil. Durante todo el concierto estos tres artistas brillaron con luz propia, si bien es cierto que en los dos primeros cortes vivimos momentos  de cambios rítmicos muy interesantes en la batería (específicamente en los charles y en una caja tocada de forma suave), Brad no se quedó atrás saltando de tecla en tecla  mientras el bajo llevaba la base rítmica. Personalmente Hey Joe y  Samba E amor  eran esos cortes que se merecen un directo y que  dicho sea de paso en pocos sitios sonarán como en el Lara. El trío quería emocionarnos y guiarnos por lo que ellos consideraron (de forma acertada).  A partir del tercer corte veríamos como se decantaban por un estilo más conservador, grandes transiciones y una vuelta a ese jazz de los noventa, cortes que sobrepasaron los cinco minutos y que nos dejaron con los ojos como platos y arrancaron  el  aplauso de la sala en muchas ocasiones.

Amén de los dos bises, (con dos amagos de despedida),  si que  vimos momentos vibrantes con ese jazz moderno del que ha hecho gala en sus trabajos publicados y en sus directos. Veríamos momentos donde Brad brilló en todos los solos, donde Larry era la roca sonora que acostumbra a ser en el trabajo en estudio y que se esperaba en directo y a Jeff que no dejó de sorprendernos, destacaría Jeff al mezclar las baquetas con  sus manos y con las escobillas, jugó con intensidades y ritmos que ejercieron de eje central de los temas. La noche se caracterizó por la plena libertad de los tres genios ante un público en silencio, entregado y agradecido, aún siendo un concierto con cierta distancia entre el trío y el grupo, parecía que la unión era real. Supieron mostrarse como son y como quieren ser.  Brad sorprendería  en todo momento, jugando con todas sus influencias y estilos. En cierta manera ese abanico sonoro debía terminarse y terminarse con la sensación del dominio y de técnica depurado por las horas de un tour exitoso.  Madrid ha tenido la oportunidad de ver a un trío o a  una banda acertada en un directo sublime e interesante. Esperamos verles pronto y que nos vuelvan a emocionar.  Demostraron que ese formato en el Jazz es la apuesta que todos quieren tener pero que se debe conocer.